Tips de Belleza

Qué es la doble limpieza facial y cómo transforma tu piel

que es la doble limpieza facial

¿Sientes que limpias tu rostro pero sigue apagado, con granitos o poros visibles?
Yo también lo sentía… hasta que descubrí la doble limpieza facial.
Un método que no solo me cambió la piel, sino también la forma de cuidar de mí misma.

Te cuento qué es la doble limpieza facial, cómo se hace paso a paso y por qué se ha convertido en el secreto mejor guardado de las pieles radiantes. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la doble limpieza facial?

La doble limpieza facial es una técnica originaria de la rutina coreana de belleza que consiste en limpiar el rostro en dos fases: primero con un producto oleoso y luego con uno acuoso. El objetivo es eliminar de forma profunda maquillaje, protector solar, sebo, contaminación y residuos que obstruyen los poros.

Es ideal para cualquier tipo de piel, desde grasa hasta seca y especialmente eficaz si usas maquillaje, SPF o vives en ciudad.

Es la base de una rutina facial efectiva, y la diferencia se nota desde la primera semana.

¿Para qué sirve la doble limpieza?

Una buena limpieza no solo retira la suciedad: prepara tu piel para lo que viene después. Si tus sérums o cremas no hacen efecto, este puede ser el motivo.

Beneficios de la doble limpieza:

Elimina residuos liposolubles (maquillaje, sebo) y acuosos (sudor, impurezas).
Mejora la absorción de tus tratamientos.
Evita brotes, granitos y poros obstruidos.
Equilibra el pH y refuerza la barrera cutánea.
Aporta luminosidad y mejora la textura de la piel.

¿Cómo se hace la doble limpieza facial paso a paso?

Si buscabas cómo hacer la doble limpieza facial, aquí tienes una guía simple que puedes aplicar hoy mismo:

doble limpieza facial piel grasa

PASO 1

Limpieza oleosa (fase grasa):

Aplica un aceite limpiador o bálsamo sobre la piel seca. Masajea suavemente para disolver el maquillaje, protector solar y grasa acumulada.

Aclara con agua tibia (o una muselina suave).

doble limpieza facial piel mixta

PASO 2

Limpieza acuosa (fase acuosa):

Aplica un gel, espuma o leche limpiadora sobre la piel húmeda para eliminar el resto de impurezas.

Aclara y seca sin frotar.

Se recomienda por la noche.
Por la mañana, puedes hacer solo el segundo paso si tu piel lo permite.

Doble limpieza facial mejores productos

Aquí es donde muchas se pierden. No necesitas complicarte, pero sí elegir bien según tu tipo de piel.

Productos recomendados

Limpiadores oleosos:
Aceite de jojoba, bálsamos desmaquillantes suaves, aceites vegetales no comedogénicos.

Limpiadores acuosos:
Geles suaves sin sulfatos, espumas delicadas, leches limpiadoras nutritivas.

Estos son mis favoritos.

¿Cómo hacer la doble limpieza facial según tu tipo de piel?

como se hace la doble limpieza facial

Doble limpieza facial piel seca

Usa bálsamos con aceites nutritivos como camelia o aguacate.

Evita geles que hagan espuma en exceso.

El segundo limpiador ideal: leche limpiadora o crema suave.

Doble limpieza facial piel mixta

Bálsamos o aceites suaves, equilibrados.

Geles sin alcohol ni sulfatos.

Busca fórmulas que limpien sin resecar la zona seca.

Doble limpieza facial piel grasa

Usa aceites ligeros (como jojoba o uva).

Evita bálsamos muy densos o con ingredientes comedogénicos.

El segundo limpiador puede contener ácido salicílico o ingredientes purificantes.

¿La doble limpieza es necesaria si no me maquillo?

Sí. Aunque no uses base, el protector solar, la polución, el sebo y los residuos ambientales siguen acumulándose.
La doble limpieza no es solo para desmaquillar, es para limpiar de verdad.

doble limpieza facial piel seca

La doble limpieza facial no es una moda, es una revolución que muchas personas han integrado ya en su día a día. Si sientes que tu piel necesita un reset, este puede ser el primer paso hacia una piel más sana, luminosa y equilibrada.

Preguntas frecuentes sobre la doble limpieza facial

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Patricia García (Beauty Advisor)

Llevo años ayudando a personas a entender su piel, no a luchar contra ella. Mi formación me ha enseñado muchas cosas, pero lo que realmente me guía es escuchar —de verdad— lo que cada piel necesita. He trabajado con marcas que cuidan bien, pero sobre todo con personas que quieren cuidarse mejor. Y ahí es donde empieza todo: en crear rutinas realistas, bonitas y que de verdad se notan. Ese es mi trabajo. Y me encanta.

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